Dra. Ana Díaz 

Ana trabaja como dentista desde hace más de 20 años, nacida en una familia de protésicos dentales. Su padre, al igual que otros miembros de su familia, le transmitió desde pequeña el amor por esta profesión, el respeto por los detalles y la precisión del trabajo artesanal.

A lo largo de su trayectoria ha ejercido en distintos países, en contextos diversos y exigentes, lo que le ha permitido desarrollar una visión amplia, sólida e intercultural de la práctica odontológica.

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Sin embargo, había algo que se repetía: cuanto más escuchaba a sus pacientes, más se daba cuenta de que muchas de sus inquietudes, dolores o malestares no encontraban respuesta completa en la odontología tradicional. Sentía que algo faltaba. Que lo que aprendió en los libros —aunque técnicamente correcto— no alcanzaba para abordar la complejidad y profundidad de cada persona que se sentaba a su frente.

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Esa inquietud fue el inicio de una búsqueda personal y profesional hacia algo más sutil, profundo y esencial. Un enfoque que considerara al ser humano en su totalidad: cuerpo, mente, emociones y entorno.

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Así llegó a la Dentosofía, a la odontología antroposófica, y a una medicina dental integrativa y no invasiva, donde la salud bucal no se trata como un sistema aislado, sino como una manifestación conectada con todo el organismo y la vida interior de la persona.

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Hoy, la doctora Ana, acompaña procesos de transformación en los que la boca es una vía de acceso al equilibrio general, utilizando herramientas como activadores biofuncionales, el trabajo consciente con la respiración y ejercicios específicos, y el apoyo de productos naturales frescos, libres de tóxicos, que respetan los ritmos del cuerpo.

 

Su enfoque une ciencia, escucha y conciencia. Porque una sonrisa sana no empieza en la boca: empieza en lo invisible que nos sostiene.